Diseño: entre lo nórdico y lo minimalista
El diseño nórdico y el estilo minimalista comparten características como su simplicidad y elegancia; sin embargo, el origen se remonta a épocas y circunstancias distintas.
El término minimal se acuñó por primera vez en 1965 en la revista Arts Magazine por el crítico y especialista en arte Richard Wolheim en el artículo "Minimal Art".
Lo minimal tuvo su pico de auge entre 1965 y 1968; sin embargo, se consagró en la exposición conjunta de varios artistas, bajo el título Estructures Primarias, organizada por el Museo Judío de Nueva York en 1966.
Años más tarde, la estética de la inclusión fue definida por el arquitecto moderno Mies Van der Rohe, uno de los maestros modernos de la arquitectura
Esta descripción precisa la popular tendencia de reducir a lo esencial. Misma que conquistó diversos campos del arte, en particular la arquitectura, el diseño y el interiorismo.
Aunque el término minimalista también es aplicado para los grupos o individuos practicantes del ascetismo, doctrina filosófica que, entre otras cosas, busca reducir las pertenencias físicas y las necesidades sociales al mínimo.
En el arte, gran parte de las obras minimalistas son poliedros regulares, aislados o en serie, de apariencia sencilla o industrial, y realizados con colores brillantes o sobrios, así como con materiales opacos o transparentes.
El artista más sobresaliente de esta filosofía creativa es el pintor y escultor Frank Stella, quien sentó los principios minimalistas en la obra Black Paintings (1958-1960), un conjunto de cuadros de líneas negras separadas por delgados espacios del lienzo al natural. Stella buscaba que los patrones geométricos motivaran a los espectadores a valorar la superficie plana en vez de ver la pintura como una ventana hacia otro universo.
Diseño nórdico
Por su parte, el diseño nórdico o escandinavo tiene como propósito elemental la funcionalidad, y el uso de materiales locales y no perecederos.
Su origen radica en los países del norte de Europa, particularmente en Noruega y Suecia, aunque sus características también se encuentran en Dinamarca, Islandia y Finlandia.
Las principales particularidades del diseño escandinavo, el cual surgió a principios del siglo XX, son la simplicidad y su estilo contemporáneo y novedoso.
De este modo confluyeron las ideas de modernidad, accesibilidad y la inclinación por la eficiencia. Lo que dio como resultado la creación de entornos y diseños confortables y cómodos que invitaran a la gente a pasar de la mejor manera las horas en casa.
Hecho que ha llevado al diseño nórdico o escandinavo a ser una de las corrientes más destacadas y atemporales entre los diseñadores y arquitectos de todo el mundo.
Dichas características se han aplicado principalmente en artículos para el hogar, incluidos muebles, textiles, lámparas y cerámicas, aunque también se ha utilizado en el diseño industrial en la fabricación de teléfonos y automóviles.
La elegancia de esta corriente artística se dio bajo la influencia de los movimientos decorativos del Art Nouveau, el Constructivismo y la Bauhaus.
La cumbre del diseño escandinavo llegó en la exposición de Estocolmo en 1930, en la feria de mueble y diseño, donde brillaron creaciones vanguardistas que integraban mensajes políticos y sociales.
Información: https://fahrenheitmagazine.com/